La Guajira es un territorio que despierta curiosidad y misterio. Primero, por la belleza de sus playas, y segundo, por la presencia de un pueblo nativo que durante cientos de años habita estas tierras y no reconoce fronteras entre Colombia y Venezuela. El Cabo de la Vela es un lugar perfecto para conocer de cerca estos dos aspectos, derribar mitos y llevarse muchos aprendizajes. 

Llegar no es fácil y siempre tendrá que hacerlo acompañado por un guía o alguien que conozca muy bien el camino. Las opciones más populares son reservar tours que se encargan del transporte y todos los detalles de la estadía, o hacerlo al estilo mochilero, tomando varios transportes. Sea cual sea su manera de llegar, debe siempre tomar en cuenta que el Cabo de la Vela es un lugar que cuenta con una infraestructura turística básica, sin lujos, con poco acceso al agua potable, pero con las “habitaciones” más maravillosas del mundo. 
 
Y con esto no me refiero a una cama grande con un colchón suave, ventilación y un ventanal frente a la playa. Al contrario, hablo de una estructura pequeña de guadua, con un par de hamacas colgadas frente al mar como arrullador y guardián de los sueños. Claro que hay otras opciones más tradicionales, habitaciones con cama y baño privado, pero despertar en la madrugada y ver a la luna esconderse en el horizonte es una experiencia inolvidable. 
 
Hospedaje en Cabo de la Vela
 
Pero la noche es lo de menos. Uno se acomoda y espera con ansias al siguiente día en el que podrá descubrir la magia de Cabo de la Vela. 
 
Si se llega en tour, seguramente lo llevarán al Pilón de Azúcar, desde donde se tiene una vista privilegiada de la península, luego a comer un delicioso plato típico con pescado, mariscos o carne de chivo, y finalmente, a disfrutar de una muestra del baile típico wayuu; como para quedarse boquiabierto. 
 
Si planea llegar por su cuenta, también puede hacer todas estas actividades, pero antes debe leer atentamente estos consejos. 
 
1. Una vez en Riohacha, busque un taxi colectivo que le lleve hasta el municipio de Uribia, una localidad muy importante para los wayuu. 
2. Apenas se baje de su taxi habrá unas cuantas personas ofreciendo espacio libre en una camioneta donde parece que ya no entra un alfiler, pero resulta que si entra usted con su maleta y su acompañante. El viaje no es cómodo, pero si muy interesante ya que lo hará junto con algunas familias wayuu y podrá conversar con ellos. 
3. Lleve su cámara cargada y a la mano para tomar fotos de un paisaje desértico impresionante. 
4. Lleve agua, ya que en el Cabo tendrá que comprarla a un precio más alto por el costo del transporte hasta allí. 
5. Hay varias opciones de hospedaje.
 
Una vez que llegue hasta el Cabo de la Vela se dará cuenta de que es uno de los destinos más fascinantes del territorio colombiano. Los wayuu lo llaman Jepira y representa el lugar donde los espíritus de los muertos van para iniciar su viaje a lo desconocido. Lo más común es visitar el lugar por unos días, así que no se llega a conocer el origen de esta creencia ni sus manifestaciones, pero si está de suerte y es de esos viajeros curiosos y conversones, podría terminar viviendo una experiencia más mística que veraniega. 
 
Danza Wayuu de cortejo
 
Sin embargo, recuerde que todo acercamiento con otras etnias debe partir del respeto, el reconocimiento y la consideración por sus elementos y rituales sagrados. Los wayuu pueden no ser muy amables a primera vista, pero una vez que perciban confianza y apertura, llegan a ser anfitriones encantadores.