Para muchas y muchos, la luna de miel es un momento que anhelan más que el día de matrimonio, y cómo no, si las expectativas son las de vivir las vacaciones más románticas de la historia, en un destino sacado de revista y con un ataque incontrolable de positivismo y risa. 

Es tan importante esta costumbre de sellar la unión por todo lo alto, que existen destinos turísticos que se han especializado en ofrecer los mejores servicios para sus clientes o cuyos paisajes simplemente los convierten en perfectos. Algunos de los más recomendados son:

Islas Griegas

Ubicadas a lo largo del Mar Mediterráneo, estas islas donde los tonos azules, blancos y tierra predominan, son un escenario conmovedor para disfrutar de unos días de luna de miel. 
 
 
En realidad, las islas son muchas y no todas ofrecen los mismos servicios turísticos -aunque sí la misma belleza-, así que antes de escoger una (o unas) tendrán que tener claro qué tipo de actividades buscan. Por ejemplo, para parejas que gustan de la naturaleza y la tranquilidad, las mejores son Ikaria o Santorini; para los fiesteros, indudablemente Mikonos; para los amantes de la historia y la mitología, Kefelonia o Palaikastrika, y para probar la mejor gastronomía, Creta.  

París

Todos habrán escuchado decir que París es la ciudad del amor, con sus callecitas románticas, sus pequeños y acogedores cafés, el idioma tan delicado, los pequeños mercados de artesanías, parques perfectos, muestras culturales y la majestuosa Torre Eiffel. 
 
 
De hecho, es el destino más popular del mundo y aquí vienen viajeros de diferentes países y de todas las edades, para disfrutar de una diversidad y movimiento que no encontrarán en otro lugar. Muchos de ellos son parejas recién casadas, que encuentran en París todos los factores necesarios para una celebración perfecta y estos están directamente relacionados con la vida moderna y urbana. Porque aquí no encontrará mucha tranquilidad, silencio o contacto con la naturaleza, al contrario, esta ciudad es para vivirla al máximo, caminar interminables horas y conocer cada uno de sus rincones. Y, claro está, saborear cada comida como si fuera la última. 

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Riviera Maya

Nuevamente playas, y es que cuando combinamos los conceptos “romance”, “paraíso” y “vacaciones de ensueño”, inmediatamente la imaginación de la mayoría se llena de este tipo de imágenes azuladas y con atardeceres de fuego. 
 
 
Este corredor turístico comprende varias playas, ciudades y pequeños pueblos costeros, donde se encuentran increíbles áreas naturales protegidas, tanto terrestres como acuáticas, que ofrecen cientos de actividades al aire libre. Aunque lo que diferencia a la Riviera Maya, es que es una zona llena de misterio e historia y conocerla a fondo es el mejor atractivo de este destino. Así que además de disfrutar de las comodidades de su hotel y el descanso en las playas del Caribe, una de las experiencias que no puede perderse durante su luna de miel, es explorar los centros arqueológicos que evidencian la riqueza y los sorprendentes conocimientos que alcanzaron los pueblos originarios de la zona.  

La Polinesia Francesa

Este es probablemente uno de los destinos más exóticos del mundo, al ser un grupo de islas ubicadas al norte del Océano Pacífico, lejos de cualquier continente y rodeadas de agua cristalina. 
 
 
La isla más famosa y visitada de la Polinesia Francesa es Tahití, donde se encuentra la capital Papetee. La naturaleza predomina en el territorio y una de las actividades más apremiantes durante su luna de miel aquí, será realizar caminatas por bosques húmedos que esconden románticas cascadas de agua dulce. Además, la cultura polinesia es fascinante y podrá conocerla a través de su música, sus bailes y una gastronomía que hará que siempre quiera volver. Por su ubicación, las islas tienen un clima muy cálido y húmedo la mayor parte del año, así que lo mejor es visitarlas entre mayo y octubre, cuando llueve menos. 

Maldivas 

Ubicadas en el Océano Índico, este país conformado por islas y atolones es uno de los principales destinos de buceo en el mundo gracias a la claridad de sus aguas y su deslumbrante diversidad de flora y fauna marina. 
 
Fuente: Say I do
 
Una luna de miel en este destino probablemente consista en pasar del mar a la playa, de la playa al hotel y de regreso al mar, ya que aquí se ha direccionado el turismo a las actividades de verano y descanso. Además, al ser un país musulmán, la mayoría de establecimientos turísticos han sido construidos en islas que estaban deshabitadas, de manera que los miles de viajeros del mundo que las visitan no afecten sus dinámicas o costumbres. Es por esto que aquí no encontrará mayores opciones culturales, históricas o artísticas, convirtiéndose así en el destino ideal para las parejas que solo quieren relajarse y disfrutar de su compañía.